Sin, ¿o no hay palabras?.

Esta mañana al leer en un pequeño recuadro en la primera plana de "La voz del interior"; dije para mí. Tengo que publicar algo al respecto a esta falta de ética periodística, pues a mi parecer toda construcción escrita debe llevar implícita una ideología. En el diario esto mañana se podía leer un artículo el cual echaba la culpa de lo sucedido el día 20 julio en la municipalidad de Córdoba a las dos partes.

En ese momento estoy hablando de aproximadamente la seis de de la mañana, sentí que los vándalos tomarían ese escrito como un apoyo a sus acciones. Y efectivamente a media mañana lo tan temido sucedió. Estoy apoyando abiertamente el intendente Giacomino, debo decir que ahora:Sí.

Sin embargo, como todo pequeño comerciante o trabajador independientes; tengo miedo. Miedo por cómo actúan impunemente, demostrando autoritarismo y violencia dictatorial por parte de los empleados municipales, contra quienes son sus autoridades, y mañana cuando termine este conflicto, esa misma violencia será contra el pueblo que es quien mantiene sus sueldos. Saldrán como león rugiente y con ferocidad a recaudar a troche y moche por medio de multas y otros castigos que la ciudadanía no podrá eludir.

Para qué hablar y mostrar los desmanes de los que ha sido víctima nuestra ciudad. Sabemos cómo obrar los cordobeses; esperamos que la justicia y la cordura triunfen en nombre de la verdad y que los verdaderos responsables sean los que paguen.