¿Cómo fabricar el auto más bárato del mundo?

Mumbai, India– La ventaja de una drástica reducción de comodidades es un auto que se vende por el equivalente de unos dos mil 500 dólares; es decir, el precio aproximado del reproductor de DVD opcional del Lexus LX 470, un auto deportivo todoterreno.

La desventaja es un coche que probablemente no cumpla con las normas de seguridad y de emisiones de gases nocivos de cualquier país occidental, y tal vez tampoco de la India dentro unos cuantos años, cuando el país imponga normas ambientales más estrictas.

Pero la Tata no pretende recorrer las autopistas de California. Lo que quiere es ofrecer por primera vez un transporte de cuatro ruedas a personas acostumbradas a desplazarse en dos, incluidos millones de indios y otras poblaciones del mundo en desarrollo.

Aun así, el “coche del pueblo” podría ejercer un efecto en los vehículos que muchas personas conducen alrededor del mundo, ya que forma parte de una tendencia más grande, entre los fabricantes de autos, a tratar de producir coches menos caros.

“Se trata de desechar todo lo que la industria automovilística había pensado en términos de estructuras de costos en el pasado, y tomar una hoja en blanco y preguntar: ‘¿Qué se puede hacer?’ ”, dice Daryl T. Rolley, director de operaciones en América del Norte y Asia para Ariba, fabricante de partes para Tata, BMW, Toyota y otras. “En los próximos cinco a 10 años, la industria automovilística se va a poner de cabeza”.

La alianza francojaponesa Renault-Nissan y la empresa conjunta indiojaponesa Maruti Suzuki buscan cómo producir coches ultrabaratos para la India. Y los fabricantes occidentales de autos se afanan por descubrir en qué punto la obsesión del mundo en desarrollo por los costos puede contribuir a su producto final.

Algunos analistas predicen que así como los japoneses popularizaron kanban (justo a tiempo) y kaizen (mejora continua), los indios podrían exportar una especie de “ingeniería ghandiana” que combinará la irreverencia por las maneras convencionales de pensar con una frugalidad nacida de las escaseces del mundo en desarrollo. O, como describe esta filosofía Ashok K. Taneja, ejecutivo de la industria automovilística india, “Si necesito plata, ¿para qué invierto en oro?”

El cochecito es un atractivo cuatro puertas en forma de frijol, con cinco asientos, pequeño por delante y más amplio en su parte trasera para reducir la resistencia al viento y permitir un motor más barato. “Es un auto bonito”, dice A.K. Chatirvedi, vicepresidente de desarrollo de negocios en Lumax Industries, proveedor en Delhi que creó los faros y luces interiores del coche.

Al frente del esfuerzo de reducción de costos estuvieron los ingenieros de la Tata, quienes en un proyecto anterior se preguntaron si sus camiones realmente necesitaban las cuatro pastillas de los frenos, o podrían arreglárselas con tres. Al fabricaron el nuevo vehículo de la Tata, por casi la mitad del precio del segundo más barato de la India, la filosofía que los guió fue: ¿Realmente necesitamos eso?

Este modelo no tiene radio, ni dirección hidráulica, ni ventanas eléctricas, ni aire acondicionado y sólo un limpiaparabrisas en vez de dos.

La ingeniería frugal también domina la maquinaria interna del auto, lo que seguramente repercutirá en su seguridad y longevidad.