Córdoba.- Aunque la noticia de que en los próximos 30 días Villa Carlos Paz se incorporará al sistema de Wi-Fi, plan que ha sido puesto en marcha por el Gobierno provincial, para que la gente tenga acceso a Internet, debería ponernos contentos a todos los ciudadanos, en mi caso personal lo considero un culebrón (novela venezolana).
Me preguntaran ¿porque digo esto?, ¿en que me fundamento? Pues bien quien de ustedes llevara su notebook de $ 4.000 o más a plena plaza San Martin a navegar su Facebook. (A propósito ni siquiera una mesita para apoyarla hay.)
Se prometio Wi-Fi en toda la ciudad como si se tratara de San Luis donde coexisten las empresas privadas, con
la red Wi-Fi le brinda a todos los ciudadanos y se nos puso un módem 3G. En San Luis, donde la población es de 420 mil habitantes, la penetración de Internet es del 80%, el 14% de los chicos del primario tiene PC portátiles para estudiar, un 70% de los hogares tienen al menos una computadora, y el enlace a la Red llega hoy al 1,2 gigabytes con un promedio de conexiones diarias a la red Wi Fi que alcanza los 326mil accesos.
La contraparte a esa realidad esta sucediendo en Córdoba, en donde días atrás hablando (off the record) con un docente de una de las tantas escuelas en las que se entregaron las netbooks este me contaba que no solo los maestros no saben ni apretar una tecla, sino que las computadoras ya fueron sorteadas entre el personal de la escuela y llevadas a sus casas.
Cabe preguntarse entonces ¿cuando se comenzó con este planteo futurista se pensó en que debería existir alguien que controlara que las computadoras fueran utilizadas por los niños? ¿Que fueran añadidas en la curricula? y ¿que en las escuelas también hacia falta wi-fi?
Esta son las cosas que le hacen mal a la política, no que si se voltea o no un viejo edificio que en un principio fue votado por todos para que sucediese.
Si este nuevo proyecto termina así, es una pena, por malgastar una excelente oportunidad de crecimiento y el dinero publico. Además por encarecernos el servicio que presta la EPEC a los usuarios de energía porque ese gasto es subsidiado por quienes pagamos la factura de la luz todos los meses.
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Córdoba.- Aunque la noticia de que en los próximos 30 días Villa Carlos Paz se incorporará al sistema de Wi-Fi, plan que ha sido puesto en marcha por el Gobierno provincial, para que la gente tenga acceso a Internet, debería ponernos contentos a todos los ciudadanos, en mi caso personal lo considero un culebrón (novela venezolana).
Me preguntaran ¿porque digo esto?, ¿en que me fundamento? Pues bien quien de ustedes llevara su notebook de $ 4.000 o más a plena plaza San Martin a navegar su Facebook. (A propósito ni siquiera una mesita para apoyarla hay.)
Se prometio Wi-Fi en toda la ciudad como si se tratara de San Luis donde coexisten las empresas privadas, con
la red Wi-Fi le brinda a todos los ciudadanos y se nos puso un módem 3G. En San Luis, donde la población es de 420 mil habitantes, la penetración de Internet es del 80%, el 14% de los chicos del primario tiene PC portátiles para estudiar, un 70% de los hogares tienen al menos una computadora, y el enlace a la Red llega hoy al 1,2 gigabytes con un promedio de conexiones diarias a la red Wi Fi que alcanza los 326mil accesos.
La contraparte a esa realidad esta sucediendo en Córdoba, en donde días atrás hablando (off the record) con un docente de una de las tantas escuelas en las que se entregaron las netbooks este me contaba que no solo los maestros no saben ni apretar una tecla, sino que las computadoras ya fueron sorteadas entre el personal de la escuela y llevadas a sus casas.
Cabe preguntarse entonces ¿cuando se comenzó con este planteo futurista se pensó en que debería existir alguien que controlara que las computadoras fueran utilizadas por los niños? ¿Que fueran añadidas en la curricula? y ¿que en las escuelas también hacia falta wi-fi?
Esta son las cosas que le hacen mal a la política, no que si se voltea o no un viejo edificio que en un principio fue votado por todos para que sucediese.
Si este nuevo proyecto termina así, es una pena, por malgastar una excelente oportunidad de crecimiento y el dinero publico. Además por encarecernos el servicio que presta la EPEC a los usuarios de energía porque ese gasto es subsidiado por quienes pagamos la factura de la luz todos los meses.
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