Siempre que suceden catástrofes de envergadura salen los agoreros o pronosticadores que dicen ‘yo lo dije’ o en el caso del director JK Youn de la película The Last Day, ‘yo lo filme’. Bueno esta vez tengo que decir ‘yo lo leí’.
Aunque en realidad no recuerdo bien donde leí estas predicciones pero sé que ustedes me ayudaran a recordar. Sé que fue hace tiempo atrás. Hasta me animó a decir que posiblemente fue en algún libro de los lamas tibetanos y que dichos augures anunciaban una serie de fuertes sismos, en distintas partes del planeta, Haití, Chile y Japón.
La profecía en cuestión hablaba de dos hechos culminantes y que marcarían a la humanidad. Uno cerca de Australia, el cual elevaría del fondo del océano una masa volcánica que daría lugar a la formación de una nueva cadena montañosa. Y el segundo hecho, tendría lugar en el sur del continente sudamericano a la altura del río colorado, con movimiento terrestre que produciría la creación de un istmo natural, de una profundidad extraordinaria, que uniría los dos océanos al estilo del canal de Panamá -Pacifico y Atlántico-, separando además a una parte de los dos países del cono sur - Chile y Argentina-, conformando por la extensión un nuevo continente.
Este recuerdo de lecturas pasadas, pero no por ello olvidadas, a mi parecer tendría que servir para llamar la atención de los gobiernos, a implementar una campaña de prevención y educación ciudadana, de qué medidas y acciones realizar en caso de producirse un meteoro de gran magnitud. Que es lo que debe tener preparado cada ciudadano –documentación, direcciones de familiares, agua mineral en cantidad suficiente por cada persona, remedios de toma diaria, y primordialmente direcciones a dónde dirigirse, por ejemplo centros de emergencias, o de primeros auxilios-.
Por lo menos hasta hoy en Argentina, no estamos preparados para estas eventualidades como si nunca nos fueran a ocurrir, pero mis años y experiencias vividas me aconsejan que lo que no creíamos posible o nos sonaba a ciencia ficción, como cuando mirábamos por la TV a Don Johnson hablar del teléfono de su auto, en ‘División Miami’, terminan cumpliéndose. NO esperemos que sucedan las catástrofes para buscar soluciones. La Naturaleza nos está advirtiendo.
por Héctor González
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Siempre que suceden catástrofes de envergadura salen los agoreros o pronosticadores que dicen ‘yo lo dije’ o en el caso del director JK Youn de la película The Last Day, ‘yo lo filme’. Bueno esta vez tengo que decir ‘yo lo leí’.
Aunque en realidad no recuerdo bien donde leí estas predicciones pero sé que ustedes me ayudaran a recordar. Sé que fue hace tiempo atrás. Hasta me animó a decir que posiblemente fue en algún libro de los lamas tibetanos y que dichos augures anunciaban una serie de fuertes sismos, en distintas partes del planeta, Haití, Chile y Japón.
La profecía en cuestión hablaba de dos hechos culminantes y que marcarían a la humanidad. Uno cerca de Australia, el cual elevaría del fondo del océano una masa volcánica que daría lugar a la formación de una nueva cadena montañosa. Y el segundo hecho, tendría lugar en el sur del continente sudamericano a la altura del río colorado, con movimiento terrestre que produciría la creación de un istmo natural, de una profundidad extraordinaria, que uniría los dos océanos al estilo del canal de Panamá -Pacifico y Atlántico-, separando además a una parte de los dos países del cono sur - Chile y Argentina-, conformando por la extensión un nuevo continente.
Este recuerdo de lecturas pasadas, pero no por ello olvidadas, a mi parecer tendría que servir para llamar la atención de los gobiernos, a implementar una campaña de prevención y educación ciudadana, de qué medidas y acciones realizar en caso de producirse un meteoro de gran magnitud. Que es lo que debe tener preparado cada ciudadano –documentación, direcciones de familiares, agua mineral en cantidad suficiente por cada persona, remedios de toma diaria, y primordialmente direcciones a dónde dirigirse, por ejemplo centros de emergencias, o de primeros auxilios-.
Por lo menos hasta hoy en Argentina, no estamos preparados para estas eventualidades como si nunca nos fueran a ocurrir, pero mis años y experiencias vividas me aconsejan que lo que no creíamos posible o nos sonaba a ciencia ficción, como cuando mirábamos por la TV a Don Johnson hablar del teléfono de su auto, en ‘División Miami’, terminan cumpliéndose. NO esperemos que sucedan las catástrofes para buscar soluciones. La Naturaleza nos está advirtiendo.
por Héctor González
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