La marca italiana Benetton mostró una polémica campaña publicitaria contra el odio en la que se muestra a los principales líderes mundiales besándose en la boca.
Las calles de la ciudad italiana de Milán amanecieron hoy con los afiches en los que se ve por ejemplo al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y a su par venezolano, Hugo Chávez, dándose un beso.
Otras de las parejas que se muestran son el Papa Benedicto XVI y el Imán egipcio Ahmed el Tayyeb; la canciller alemana, Angela Merkel y el primer ministro francés, Nicolás Sarkozy, y nuevamente Obama junto al mandatario chino, Hu Jintao.
La campaña de Benetton lleva como nombre Unhate: contra el odio. Con esta movida, se intenta invitar a los “habitantes del mundo a combatir la cultura del odio", de acuerdo a lo que publicó el propio grupo.
"Si el amor global sigue siendo una utopía compartida, la invitación a no odiar, a combatir la cultura del odio, representa un objetivo ambicioso pero realista”, explicó Alessandro Benetton, vicepresidente ejecutivo de la firma
No es la primera vez que la firma lanza una campaña escandalosa. Ya en 1991 tuvieron la idea de mostrar a una monja y un sacerdote besándose, que a los pocos días fue censurada por las quejas en el Instituto de autodisciplina publicitaria.
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La marca italiana Benetton mostró una polémica campaña publicitaria contra el odio en la que se muestra a los principales líderes mundiales besándose en la boca.
Las calles de la ciudad italiana de Milán amanecieron hoy con los afiches en los que se ve por ejemplo al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y a su par venezolano, Hugo Chávez, dándose un beso.
Otras de las parejas que se muestran son el Papa Benedicto XVI y el Imán egipcio Ahmed el Tayyeb; la canciller alemana, Angela Merkel y el primer ministro francés, Nicolás Sarkozy, y nuevamente Obama junto al mandatario chino, Hu Jintao.
La campaña de Benetton lleva como nombre Unhate: contra el odio. Con esta movida, se intenta invitar a los “habitantes del mundo a combatir la cultura del odio", de acuerdo a lo que publicó el propio grupo.
"Si el amor global sigue siendo una utopía compartida, la invitación a no odiar, a combatir la cultura del odio, representa un objetivo ambicioso pero realista”, explicó Alessandro Benetton, vicepresidente ejecutivo de la firma
No es la primera vez que la firma lanza una campaña escandalosa. Ya en 1991 tuvieron la idea de mostrar a una monja y un sacerdote besándose, que a los pocos días fue censurada por las quejas en el Instituto de autodisciplina publicitaria.
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