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Algoncas | 10:00

Langostas, miel y pecadores es de insensatos cuestionar


Y dijo el Señor: ¿A qué, pues, compararé los hombres de esta generación, y a qué son semejantes? Semejantes son a los muchachos sentados en la plaza, que dan voces unos a otros y dicen: Os tocamos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no llorasteis. Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene.
Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: Este es un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. Mas la sabiduría es justificada por todos sus hijos. (Lc 7:31-35)


Juan el Bautista -profeta- comía langostas y miel silvestre, en tanto que Jesús durante su ministerio se juntaba y comía con los pecadores, parece un inicio poco frecuente para un articulo pero no lo es pues nos adentra a la pregunta en cuestión que muchos nos hacemos. ¿Porque si estos dos lideres hacían lo que hacían logrando que el conocimiento de la Gracia de Dios se extendiese por casi todas las regiones del mundo, las personas cuestionan todo lo que hacemos para extender el evangelio? 

La respuesta es simple, aunque no se si fácil de entender para muchos por lo que utilizare las palabras del propio Jesucristo: "El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama."(Mt 12:30), es decir son personas que por anteponer sus propias razones y prioridades reconocen que están haciendo lo malo pero el endurecimiento de sus corazones los lleva a no solo complacerse en hacerlo sino en buscar que los demás también lo hagan. (Ro. 1:32) Mas ustedes que luchan por un mejor bienestar por juntar tesoros en el cielo por el Espíritu, estarán siempre en el regazo eterno. No te preocupes por tener las palabras correctas; preocúpate por tener el corazón correcto. Él no busca la elocuencia, solo la honestidad.


Mi charla con Pablo

Tengo curiosidad por saber qué es lo que sostiene a este hombre al aproximarse su ejecución. Así que le hago unas preguntas.
Y_ ¿Tienes familia, Pablo? 
P._ Ninguna.
Y_ ¿Qué tal tu salud? 
P_ Mi cuerpo está golpeado y cansado.
Y_ ¿Cuáles son tus posesiones? 
P_ Tengo mis pergaminos. Mi pluma y un manto.
Y_ ¿Y tu reputación? 
P_ Pues, no vale mucho. Para algunos soy un hereje, para otros un indómito.
Y_ ¿Tienes amigos? 
P_ Sí, pero incluso algunos de ellos se han echado atrás.
Y_ ¿Tienes galardones? 
P_ No en la tierra.
Y_ Entonces, ¿Qué tienes, Pablo? Sin posesiones. Sin familia. Criticado por algunos. Escarnecido por otros. ¿Qué tienes Pablo? ¿Qué cosa tienes que valga la pena?
Me reclino en silencio y espero. Pablo cierra su puño. Lo mira. Yo lo miro. ¿Qué es lo que sostiene? ¿Qué tiene? -me pregunto-.
Extiende su mano para que la pueda ver. Al inclinarme hacia delante, abre su puño. Observo su palma. Está vacía.
P_ Tengo mi fe. 
P_ Es todo lo que tengo. Pero es lo único que necesito. He guardado la fe... NO SOY DE LOS QUE CRITICAN.... EL EVANGELIO ES PARA SUMAR Y MULTIPLICAR...




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