Algoncas | 0:27
La cuarentena y su impacto en los hábitos de consumo
Comer sano vacuna contra el COVID-19
Continuando con el tema de levantar nuestras defensas he encontrado en el sitio del Conicet una investigación realizada por tres científicas argentinas sobre cómo el COVID-19 está cambiando las costumbres y hábitos alimentarios. Como hemos escrito antes el Sars-Cov-2 produce una inflamación de los bronquios por lo que en los casos mas graves las personas deben ser asistidas con respiradores artificiales para poder vivir.
Por tanto no es descabellado tener en cuenta empezar a mejorar nuestra manera de alimentarnos dejando de lado los malos hábitos. Así como hoy la vacuna es #elquedateencasa, la buena nutrición es otra de las vacunas que nos fortalecerá el sistema inmune al incorporar nutrientes a la dieta diaria que nos "ayudaran a contrarrestar los efectos inflamatorios producidos por algún agente infeccioso”.
Las investigadoras han partido para su ensayo desde las posibles respuestas de la gente a estas dos preguntas:
"¿Pero qué impacto puede tener la cuarentena en nuestro modo de vida? ¿Y hasta qué punto esos cambios pueden afectar nuestro sistema inmune?"
El consumo se degrada
En el articulo publicado las científicas tienen en cuenta los datos recabados de unas 2518 personas, tomados en los primeros doce días de la cuarentena solidaria dispuesta por el presidente argentino, Alberto Fernandez, destacando el incremento por parte de las personas en la preparación de comidas caseras en casi el 50 por ciento de la población, y apenas un 2 por ciento en los ciudadanos que recurren al delivery con mayor frecuencia. Algo a lo que "puedo agregar desde mi punto de vista" que cada noche son menos los delivery's que se ven tanto de Glovo y Rappi entre otras empresas que están en córdoba.
Otro de los puntos que el estudio del Conicet destaca es que un 55 por ciento de las personas que comen carnes a aumentado el consumo de alimentos "basura" por estrés y ansiedad, y un 62 por ciento en las personas vegetarianas por las mismas razones. Con respecto a esto la investigadora y nutricionista Maria Andreatta, indico que “ambas poblaciones -carnívoros y vegetarianos- han tenido un aumento en la cantidad de alimentos desaconsejados como harinas, golosinas, gaseosas y alcohol, al tiempo que se ha reducido el consumo de frutas y verduras”.
El ideal no concuerda con la realidad
Aunque las Guías Alimentarias y otros consejos saludables establecen que lo recomendable es ingerir de dos a tres frutas por día, la realidad dista mucho de ese ideal y la mayoría de la población a duras penas tiene acceso a consumirlas. En parte por su encarecimiento -algo que el estado debería regular- y por otro parte por la no existencia o dificultad de acceso de puntos de venta en sitios con gran conglomerado de personas como lo son las zonas mas céntricas oscilando los precios con el conurbano en hasta un 150% en sus costos al publico.
Por su parte Daniela Defagó, investigadora asistente del CONICET explica en el articulo que “las frutas y verduras son nuestra principal fuente de vitaminas. La respuesta inmune es nuestra defensa contra los agentes infecciosos y en este momento en el que enfrentamos la pandemia del COVID-19, la nutrición tiene un rol muy importante” y aconseja el consumo de frutas y verduras frescas ya que "las vitaminas hidrosolubles se pierden en el agua de cocción".
La economía de la solidaridad tendrá que ser guiada por el estado en el nuevo orden que el coronavirus esta imponiendo en el mundo. Mucha gente deberá reconvertirse. por ejemplo ya casi no se ven taxis, negocios y deliverys de noche. Es decir el cambio es mas profundo de lo que se creía.
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